¿Por qué critiqué a Jiménez?

No tengo ningún tipo de problema en reconocer que yo fui uno de esos muchos, muchísimos aficionados que criticó a Manolo Jiménez mientras dirigía el banquillo del Sevilla Fútbol Club. Y la verdad es que no me arrepiento de ello.

Esta crítica al actual entrenador del AEK de Atenas, campeón de Copa en Grecia, algunos aquí en Sevilla la ven como una falta de sevillismo y, al leer que a alguien no le gustaba Jiménez, reaccionan como si fuesen el Papa leyendo el Código da Vinci. No entiendo por qué se ve el anticristo en los que no aceptábamos al entrenador de Arahal.


Y tengo mis razones por las que critiqué el trabajo del que fue técnico sevillista durante tres años. A algunos les parecerán convicentes y a otros no, pero para mí son suficientemente razonables:

Para empezar, el primer fallo fue de la entidad al elevar más de cien euros el precio del abono. Los directivos del Sevilla justificaron esa subida en que el filial había ascendido de categoría a Segunda División. No tiene nada que ver con Jiménez, pero dos años después el Sevilla Atlético descendió y, de forma inexplicable, el precio del carnet permaneció igual. De todas formas, es cierto que los resultados de Manolo Jiménez fueron notables, y ahí están los números para demostrarlo. Pero bajo mi punto de vista y el de muchos otros aficionados, el equipo no jugaba un pimiento y en el estadio la mayoría de las veces me aburría como hacía tiempo que no lo hacía viendo jugar al Sevilla. Creo que no es descabellado tras una subida de más del 25 % del abono exigir que el equipo juegue la mitad de bien que cuando se pagaba menos por ir al estadio. Como digo, a algunos esto le parecerá un gilipollez porque "lo importante son los resultados". Sin embargo, para mí también es importante el dominio sobre el rival. Cada año que pasaba el equipo lo pasaba peor ante rivales, a priori, de inferior condición; por lo que era cuestión de tiempo que la situación decayera por su propio peso. Puedes ganar ante rivales peores pasándolo mal, pero en uno o dos partidos, no durante una campaña entera. Como digo, no siempre se iban a conseguir los tres puntos jugando mal. De hecho nuestro más que posible futuro entrenador, Marcelo Bielsa, afirmó que no concibe el fútbol sin el dominio sobre el rival. Y es un poco osado poner en duda la sabiduría del que definen como el maestro de Guardiola... Ahí es "ná".

Otro tema que no me gustaba un pelo eran las ruedas de prensa. El "Wenger de Arahal", como lo definió el presidente del Sevilla, no tenía su fuerte delante de un micrófono. De hecho, si leo escrita una rueda de prensa a Manolo Jiménez y me dicen que en lugar del actual técnico del AEK, delante de los micrófonos estaba Justin Bieber, yo me lo creo.


Mientras todo el Ramón Sánchez Pizjuán veía un partido del Sevilla, Manolo Jiménez veía otro. Además, decía cosas que no eran aceptables para la calidad de la plantilla que dirigía como El Numancia nos ha dominado (algo parecido). O también ese Lolo y Duscher son creadores de juego o Las jugadas a balón parado no se pueden entrenar. A las primeras perlitas de Jiménez en rueda de prensa no les di importancia, pero llegó un momento en el que incluso molestaban un poco porque daba la sensación de que un gran número de personas que habían presenciado un encuentro habían visto algo totalmente diferente.

Claro que en resultados el papel de Manolo Jiménez fue notable. Pero demostró ser incapaz de superar las citas importantes como en San Mamés en Copa, frente a la Sampdoria, el Fenerbahçe o el CSK. Es cierto que superó al Barcelona en semifinales del último título que ganó el Sevilla, pero salvo esa eliminatoria, pocas más importantes con resultados positivos.

No es mi intención desprestigiar el trabajo de Manolo Jiménez en el Sevilla Fútbol Club. De hecho, sería prevaricación negar que, de los tres últimos técnicos que ha tenido el club, ha sido el que mejor resultados ha obtenido. Aun así, en estos momentos yo no me acuerdo de Jiménez; sino de una directiva ambiciosa, con los pies en la tierra y que trabajaba con confianza, serenidad y seriedad.

Con el post sólo trato de explicar por qué yo no aceptaba al de Arahal como técnico del Sevilla y expresar que no entiendo por qué para algunos es como si sobrásemos en la grada. Lo de la libertad de expresión se olvida si no se recuerda de vez en cuando...

Como digo, estas razones a algunos les parecerán convincentes y a otros no. Pero a mí me sobra para pensar que no está capacitado para dirigir el banquillo hispalense. Evidentemente, también han demostrado no estarlo tanto Álvarez como Manzano, quienes también han sido bastante criticados. Si pienso que la afición fue injusta con Manolo Jiménez es porque no fue el principal culpable de lo poco que el equipo jugaba al fútbol. Pienso que la directiva lo tenía como un parapeto y así evitar que las críticas y silbidos llegasen al palco.

Por otro lado, me parece no rozar el ridículo, sino zambullirse de pleno en él, culpar a los que no comulgaban con el estilo del ex-técnico sevillista de la decadencia que cada año ha experimentado el club. Si estos mismos piensan que se fue injusto con el de Arahal, también deberían darse cuenta de que no fuimos los aficionados los que renovamos a Álvarez o fichamos a Romaric, Mosquera, Cigarini, Dabo, Chevantón, De Mul...

Y como también se dijo por ahí, es también absurdo pensar que criticábamos a Jiménez por que la prensa lo decía. Creo que es tan extrema gilipollez que ni merece la pena hacer más mención a ello. Tan sólo digo que me parece una falta de respeto a esas personas que expresábamos nuestro desacuerdo.

Quiero terminar felicitando a Jiménez por alzarse campeón de Copa en Grecia. Espero que sea el primero de muchos...

PD: A lo mejor no es el mejor momento para publicar esta entrada teniendo en cuenta lo que se juega el Sevilla estas próximas semanas, pero con la situación tan violenta que se vive últimamente y la moda que algunos han impuesto de echarnos en cara que criticásemos a Jiménez, no he podido evitar escribir lo que pienso y hacerlo público. Me gustaría saber vuestra opinión al respecto.