Si el último fin de semana dimos el golpe de gracia a un rival que el año pasado estuvo a punto de amargarnos la fiesta de disputar la Liga de Campeones (cosa que, al final, no hicimos) como es el Almería, mañana a partir de las 22:00 podemos consumar otra venganza frente a un equipo mucho más duro: el Real Madrid.
Al igual que el Almería, los blancos saben desde hace varias jornadas que cumplir su objetivo es prácticamente imposible; sin embargo, las opciones matemáticas aún siguen ahí, por lo que, como es lógico, intentarán pelear hasta el último partido. Si mañana el Real Madrid no consigue los tres puntos en el Ramón Sánchez Pizjuán y el Barcelona vence al Espanyol en el derbi catalán, nuestro rival habrá perdido matemáticamente las opciones de proclamarse campeón de liga. Pero aúm mejor: si el Sevilla consigue ganar al Real Madrid, el Barça sería de nuevo campeón del torneo regular sin ni siquiera disputar su encuentro, ya que al Madrid le restarían nueve puntos por disputar y estaría a nueve (ocho más average) de su eterno rival.
Además de porque el Sevilla Fútbol Club casi aseguraría su presencia por octavo año consecutivo en Europa, ¿no se os quedaría esa carita si salen del campo cabizbajos los jugadores del equipo que, probablemente, le está haciendo más daño al fútbol en el último año?
En cuanto a la semifinal de Copa del Rey, no me gusta llamar "robo" a lo que ocurrió. Por ejemplo, en el último clásico disputado, independientemente de que el gol de Gonzalo Higuaín sea legal o no, no catalogo eso como un "robo" al Real Madrid, pues además de que era un tanto intrascendente, el baño que el Barça dio a los merengues fue espectacular. Por ello no me gusta llamar "robo" a la semifinales de Copa: el Madrid marcó tres goles (al Sevilla le anularon uno, sin contar el eternamente dudoso gol fantasma) y jugó los 180 minutos bastante mejor que el Sevilla, pero sí que es cierto que no jugaron los dos en las mismas condiciones arbitrales.
Por eso, por llorones, por no saber perder ni ganar, por no saber conservar la clase y grandeza que debe llevar por todo el mundo el club más grande de la historia de este deporte; me alegraría el doble que el Sevilla saliese victorioso mañana.
Lamentablemente, no podré acudir el partido por razones personales y, probablemente, me entere del resultado una vez acabado el encuentro. Chillad los goles un pelín más fuerte por mí...
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