Como era de esperar, pronto iba a reventar esa burbuja que
se ha ido creando en el club y que está más cerca que nunca de hacerlo. La
burbuja de marras se hinchaba con cada discusión entre aficionados que
terminaba en pelea y en acusaciones (al que escribe le acusaron de criticar la
gestión del presidente del Sevilla porque así obtendría amistad con la
maquiavélica prensa local y, por tanto, le sería más fácil hacerse con un
futuro puesto de trabajo), con los mesías de la vida que sabían perfectamente
el poder que tenían sus palabras y la progresiva desunión que creaban y con los
extraños movimientos que estaban teniendo lugar en la planta noble del Ramón
Sánchez Pizjuán.
La burbuja no puede aumentar más su tamaño y tan sólo le
queda reventar. El problema entre Del Nido y los Biris puede ser la causa, y si
ambas partes no se sientan a hablar para solucionar esta guerra de intereses,
el Sevilla saldrá muy perjudicado. En mi opinión, ambas partes se están
equivocando:
- Por un lado, José María Del Nido acierta totalmente al
intentar expulsar a los violentos del Sánchez Pizjuán. El argumento de “son
cuatro tontos” ya no sirve. Cuatro tontos agredieron a un guardia de seguridad
en un derbi; otro tonto lanzó una botella al césped que golpeó a Casillas al
término de un Sevilla-Madrid de Copa; varios tontos fueron a Rota tan sólo a
liarla, así como varios tontos llevan a un campo de fútbol objetos prohibidos
de antemano. Ya son más de “cuatro tontos”, por lo que hay que buscar una
solución. Sin embargo, y como le ha pasado siempre, el problema de José María
Del Nido está en las formas. Es loable querer motivar a tus jugadores antes de
una semifinal de Copa, pero para ello no es necesario anunciar que te vas “a
comer al león de la melena a la cola” porque puedes acabar comiéndole tan sólo
el rabo al león. Y fue lo que pasó.
- Por otro lado, los Biris tratan de evitar que su nombre se
manche aún más, y menos aún por parte de los dirigentes del club al que animan.
Pero también se equivocan. El comunicado de ayer se disculpa muy por encima, y
en su mayor parte se dedica a lanzar dardos envenenados a José María Del Nido y
a su Consejo. Yo soy el primero que desaprueba por completo hechos como la
condena del presidente o las peleas en los bares de copas, pero no era el
momento de sacarlos. No si quieres soluciones para que el Sevilla no salga
perjudicado. Miedo me da la respuesta del club al escrito…
No obstante, como no pertenezco a Biris (ni ganas) ni soy el
presidente del Sevilla Fútbol Club (ni ganas), que solucionen ellos sus
historias. Pero háganlo ya, antes de que sea tarde. Tengan en cuenta que, como dijo Del Nido, aquí nadie es imprescindible.
Los aficionados tan sólo queremos un equipo DE FÚTBOL: sin
violentos, sin golfos, sin vividores, sin delincuentes, sin ladrones y sin
lameculos.
Y echando un vistazo a los diferentes estamentos de la entidad,
señores dirigentes, tienen ustedes mucho trabajo por delante.