lunes, 27 de junio de 2011

¿Cómo tirar una historia a la basura?

Si quieres aprender a destruir, o al menos manchar, la historia de una entidad, tan sólo hay que mirar a Buenos Aires para comprobar la que están liando los hinchas de River Plate tras el descenso de su equipo.



¿Cuándo coño se va a enterar la gente de que el fútbol es sólo un deporte?

Me parece lamentable el espectáculo que está dando la afición de un histórico como River, club que está siendo portada de periódicos y apertura de informativos no por sufrir el primer descenso de su historia, sino por los más de 70 heridos que han causado los disturbios provocados por esos que se creen mejor aficionados que los demás cuando demuestran su dolor pegándole a otras personas, rompiendo escaparates, prendiendo fuego a contenedores y coches, etc.

En el informativo de Televisión Española ha salido un reportero en los aledaños del estadio de El Monumental instantes antes de la finalización del encuentro en el que River Plate empataba a uno frente al Belgrano y confirmaba su descenso de categoría, y el chaval estaba más acojonado que un corresponsal en Irak. No tiene explicación alguna que unos tíos se intenten agredir a alguien que está haciendo su trabajo tan sólo porque tu equipo de fútbol no juegue el año próximo en primera división. Pero ni eso, ni que los futbolistas tengan que pasar la noche en el estadio; ni que tengan que desalojar las gradas a manguerazos de agua; ni que lancen palos a la grada "a quién le dé" (se ve en una imagen como una señora asustada recibe el impacto de un palo en la cabeza). ¿Cómo entran esas armas al estadio? ¿Un club tan prestigioso como River Plate puede permitirse tener unos aficionados como esos?

Por mucho que los jugadores se hayan rascado sus partes durante toda la temporada, jamás la violencia está justificada, y mucho menos en el deporte. Muy aburrida tiene que ser la vida de la gente que se toma el fútbol de esta forma...

2 comentarios:

  1. lamentable, para mi el fútbol es algo mas que un deporte. hay mucho sentimiento por medio, pero nada que ver con esto, no se justifica que los violentos hagan de las suyas.

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  2. El problema es el de siempre, el que puede pasar con cualquier cosa: el fanatismo.
    Cuando se llegan a los extremos del fanatismo se pierde la cordura por completo y por desgracia pasa mucho con el fútbol, no por nada en especial, sino porque es un deporte popular y está en primera plana, así como ocurre con la religión u otros menesteres.
    Los desequilibrados y violentos están por todas partes y tienen aficiones como cualquier otra persona, lo complicado viene cuando aprovechan estas aficiones y estos momentos para hacer de las suyas...
    Ha tocado con el fútbol como podía haber tocado con cualquier otra cosa, una pena.
    FUERA FANATISMOS...

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