miércoles, 27 de junio de 2012

Grande entre los grandes


En el mundo del deporte, la palabra "solidaridad" se usa con bastante asiduidad. En fútbol, que es el que me toca más de cerca, se programan partidos solidarios entre "Amigos de Fulanito" contra "Amigos de Menganito" y el dinero recaudado es destinado a alguna organización que lucha contra la pobreza o contra el hambre. 

No pongo en duda las buenas intenciones de los deportistas a la hora de montar eventos como estos, más bien al contrario; son iniciativas que aplaudo. No obstante, estos grandes gestos son muy mediatizados en la mayoría de las ocasiones. Evidentemente no se habla de ellos continuamente, tan sólo se hace una ligera mención para que quede constancia de la buena fe del deportista para con el afectado por una enfermedad, catástrofe o desgracia.

Sin ir más lejos, ha ocurrido hace poco con Cristiano Ronaldo. Se hizo público hace pocos días que el crack portugués pagará el tratamiento de un niño canario de nueve años que lucha contra el cáncer desde que tenía dos. Grandísimo gesto el de Cristiano, de ello no hay duda. Pero como digo, un hecho que debería ser común, como es que una persona podrida en dinero ceda una pequeña parte de él a otra que verdaderamente necesita, se mediatiza; "se hace noticia". 
Insisto en que admiro el gesto de Cristiano Ronaldo. Es cierto que el dinero le sale por las espinilleras, pero no por ello hay que quitar méritos a hechos como éste. Existe mucha, muchísima gente cuyo poder económico es similar al del portugués y no es capaz ni de dejar propina al tomarse un café. 

Pero hay una persona que realizó hace varios meses un gesto similar. Hace catorce meses se le diagnosticó un cáncer en la pelvis al que fuese jugador del Real Betis, Miki Roqué. Lamentablemente, la enfermedad ha podido más que sus ganas de vivir y hace apenas tres días el joven futbolista falleció con 24 años. El 5 de marzo del año pasado escribía este post sobre la amarga noticia de Roqué. Pues bien, tras la triste muerte del chaval se hace público que Carles Puyol, central del Barcelona y de la Selección Española (a pesar de su ausencia en la Eurocopa de Polonia) pagó el tratamiento del defensa verdiblanco.




Este futbolista sí que es un ejemplo de grandeza y de solidaridad. A Carles le importaron muy poco el reconocimiento, los baños de masas y las muestras de cariño y agradecimiento allá cuando Miki Roqué se vio obligado a dejar lo que tanto le gustaba hacer. Puyol pagó el tratamiento sin hacer ruido, sin que nadie ajeno al chaval se enterase, pues lo que verdaderamente le importaba era que saliese hacia delante. 
Vuelvo a insistir y lo haré las veces que haga falta en que no dudo lo más mínimo de que la primera intención de los deportistas que tienen gestos solidarios es ver totalmente recuperadas a aquellas personas a las que ayudan, pero también les gusta ocupar ese pequeño espacio en periódicos y telediarios para que todo el mundo se entere de su hazaña. 

Pero Puyol no. Le daba igual que su nombre saliese al lado del de Miki Roqué en la portada de un periódico; sólo quería volver a ver al chaval ponerse una equipación y despejar balones. Si ya admiraba a este tío por su forma de jugar al fútbol y su humildad fuera de los terrenos de juego, tras enterarme de esto aún más. Para mí, Carles Puyol se convierte en uno de esos jugadores a los que aplaudiré tras ponerme de pie cada vez que sea sustituido, aunque haya marcado seis goles en su propia portería. 

1 comentario:

  1. Creo que es de las cosas más bonitas que he leído en mucho tiempo. Y es tristísimo que tengas razón en eso de que la gente a más dinero tiene más egoísta es. En mi opinión éste es el principal problema del mundo en el que vivimos, el que trae consigo los problemas políticos, económicos y demás de los que tanto nos gusta quejarnos.

    Por cierto, soy Plasta Paula!

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