Tenía este post casi terminado desde hace varios días, pero me parecía más importante el partido del Sevilla frente al Hannover en el Ramón Sánchez Pizjuán que las tonterías y malentendidos que surgen entre los que formamos la blogosfera sevillista.
El caso es que desde hace algún tiempo hay detallitos que no me gustan en absoluto y que, desgraciadamente, suceden muy a menudo, especialmente por twitter. La blogosfera no son sólo los blogs que hablan del Sevilla, sino también la gente que la formamos; por lo que aquello que se habla y discute en twitter, influye y es blogosfera. Ya sé que no puede llover a gusto de todos, como es normal. Pero no tengo que esconder a nadie lo que pienso, y si publico esto no es para meter caña ni provocar, sino para intentar solucionar esas cositas que no me agradan en demasía y que, a mi parecer, deberían ser diferentes para hacer crecer aún más esto que entre todos estamos construyendo.
Como digo, es mi punto de vista y puedo estar equivocado; me gustaría ser poseedor de la verdad absoluta, pero desgraciadamente para mí, no soy así.
Para empezar, observo muchas veces intentos de provocación entre unos y otros, así como intentos de demostrar quién es más sevillista que el escudo. Y no me refiero a cuando se le llama a uno "moña" o "pelota", puesto que son calificaciones de coña, sino a comentarios como
"a ver qué dicen algunos ahora de Romaric" cuando el gordito hace un buen partido y horas antes se ha debatido sobre él. La frase no es literal ni está sacada de ningún tweet, es un ejemplo como el que ha habido muchos similares. ¿De verdad queremos crecer y fomentar el buen rollo entre todos si buscamos cualquier excusa para intentar que alguien nos responda a un comentario provocador? Allá cada uno con su egocentrismo y su aburrimiento.
Me parece aún más grave que se acuse a personas de decir lo que jamás han escrito. Precisamente, en una discusión del lunes 22 por la tarde se me acusó de llamar
"borregos" a algunos sevillistas. Invito a cualquiera que no tenga nada que hacer que busque entre todos mis tweets la palabra
"borrego". Al que lo encuentre le pago el carnet del Sevilla la temporada que viene. A él y a un acompañante.
Por otro lado, no niego que sí me fijo en las visitas que tiene mi blog y en la gente que me sigue en twitter. Negarlo sería de hipócrita. Todo el mundo mira las visitas que tiene su blog, y más aún si tienes empresas de publicidad en él que dependen del número de personas que te leen (no es mi caso). Pero no compito con nadie para tener más visitas o mayor número de seguidores; prefiero que me lean diez y escribir lo que verdaderamente pienso, a que lo hagan 800 montándome un personaje o maquillando mis opiniones. Por ello, veo perfecto que al que no le guste lo que escribo en twitter, deje de seguirme y ya está.
Pero entonces no me cuadra eso de que todas las opiniones son bienvenidas en la blogosfera mientras se hagan con respeto y educación. Mucha gente me ha dicho que siempre escribo con respeto; de hecho, cuando me han insultado me he dirigido con educación a esa persona para saber el motivo y solucionarlo (el gran Gulio Guerra me llamó hace tiempo "capullo" sin conocerme, pero hablé con él y todo solucionado). No me cuadra porque si escribo con respeto, al dejarme de seguir personas que promueven que no existe un único pensamiento o, al menos, la intención de establecerlo y que la variedad de opinión hace grande a la Pepe Brand, me están dando a entender que mis opiniones importan poco menos que una mierda.
Así es más gráfico. La pongo de peluche porque hay gente muy sensible que se molesta por todo... depende de quién lo escriba, eso sí.
Y cantidades industriales de mierda pienso que importan mis opiniones cuando hay quienes se han dedicado a decirles a otras personas que dejen de leerme. Esto no es una paranoia mía; me lo han reconocido en mi cara. Ya digo que no me quita el sueño perder seguidores, pero me parece una falta de respeto aconsejarles a los demás que dejen de leer lo que escribo, así por la cara, y sin haber insultado jamás a nadie. Al menos yo jamás le he dicho a nadie qué tiene que leer y qué no. Aunque joda, la blogosfera la hacemos
TODOS los que escribimos de nuestro equipo, sin excepción; me parece un poco desacertado tratar de joder a un compañero porque no te gusta lo que dice. Y, repito, sin faltar al respeto nunca.
Tanto negar que se quiere imponer un pensamiento único, pero cuando sale alguien que dice las cosas de forma diferente, se le mira mal, aunque diga sus cosas con respeto. Tampoco es una paranoia afirmar que se me mira mal; hace poco he podido saber por medio de terceras personas que hay quienes
"no me pueden ver". Con esas palabras, esto sí es literal.
Y hay mucho cachondeo en la blogosfera, pero cuando salen las palabras
"El Mesías", que se pare el mundo. Boticario y yo (sé que no le importa que diga su nombre) llamamos así a Jesús Alvarado de coña precisamente por eso: hay quienes lo idolatran como a un Dios y se ofenden cuando sale su nombre y se le critica o, por qué negarlo, te ríes de sus cosas.
(En absoluto esto es una crítica a Alvarado; tal vez sin quererlo se ha encontrado con una cantidad importante de gente que lo idolatra, y se ha convertido en un líder de masas).
Como decía, es salir su nombre en plan coña y salir también más de un cabreo.
Pero lo más preocupante del asunto, y fue uno de los temas tratados en la discusión del lunes, es que las opiniones de Jesús Alvarado influyen indirectamente en gran parte de la blogosfera. Al menos a mí me parece preocupante que este hombre escribiese un post criticando la polémica imagen del artículo que publicó El Desmarque, y a los quince minutos le lleguen al twitter del portal una cantidad importante de tweets pidiéndole explicaciones.
Cuando esto ocurrió, escribí lo siguiente que, como no podía ser de otra forma, cada uno lo interpretó según le convenía:
"Lo tengo claro: La blogosfera no tiene más poder porque la lidera Jesús Alvarado, y todo lo que dice es tratado como incuestionable".
Creo que está bastante claro, pero aún así lo explico: no estoy diciendo que Jesús Alvarado le envía un correo a ciertos blogueros diciéndoles qué tienen que publicar. Pero sí que lo que escribe es tratado
por algunos (afortunadamente, cada vez menos) como un dogma incuestionable, una premisa de la que nadie puede dudar. Acto seguido, y como ocurrió con la imagen de El Desmarque, se convierte en el tema estrella de la blogosfera; si no es en los blogs, twitter se inunda de esas premisas. Ocurrió con la imagen de El Desmarque; ocurrió cuando Muchodeporte se inventó a un futbolista en una convocatoria, Alvarado se cachondeó del nombre de
"Merlo", y venga todo el mundo con Merlo varios días sin parar; y volverá a ocurrir como tantas veces ha sucedido.
Ojo, no estoy criticando ni mofándome de aquellos a los que les gusta lo que escribe Alvarado. Lo respeto, al igual que yo pido que respeten mis opiniones. Lo que critico es que sus ideas tengan tanta repercusión en algunas personas, tanta que incluso a veces esas mismas personas incluso cambién su opinión sobre un asunto, simplemente para que sea igual que la de Alvarado.
Insisto en que no tengo nada en contra de él, ni de las personas a las que les gusta leerle y oírle. De hecho, el Talibán Rafa García ha manifestado en más de una ocasión la admiración que le tiene, y tengo pendiente con él una cervecita y otro asunto que prefiero no desvelar aún, porque me parece un tío interesante y que nunca pierde el sentido del humor, y por eso quiero conocerlo. También Pedro Monago es amigo de Jesús Alvarado desde la infancia, y hace unas semanas estuvimos charlando en La Antilla y me dio una impresión de puta madre.
Sinceramente, paso de crearme problemas con nadie por fútbol y por lo que piense de un entrenador, un futbolista, o un tío que escribe sus ideas en un blog. Pero lo que no voy a hacer es poner buena cara a aquellos que les van diciendo a los demás que no pueden verme. Discutiré, sin embargo jamás perderé una amistad o me pelearé con alguien por esto. Sé que, si ya había quienes no me podían ver antes, tras este post podrán aún menos. Pero no me gusta la falsedad ni la hipocresía, ni me importa que sigan diciéndole a la gente que dejen de leerme porque no les gusta lo que digo. Seguirán haciendo creer a los demás que son partidarios de la "libre opinión"...
Si alguien no me puede ver, haré todo lo posible para que no tenga que hacerlo más. Igual es un poco precipitado menospreciar a una persona porque piense que Jiménez es mal entrenador, o porque no comparta las ideas de la persona a la que admiras y por ello estás perdiendo una posible amistad, y dejas de conocer mejor a alguien que merece la pena.
Hay mucha gente que merece la pena en la blogosfera. Y estoy seguro de que los que me caen de puta madre saben que es así. Enterarte de que hay quienes no te quieren en algún sitio nunca es agradable, y menos aún si te enteras por terceras personas, pero aún así no me siento incómodo a día de hoy con la mayoría de las personas con las que discuto, charlo y me río cada día que comparto con ellos en la blogosfera.
Es indudable que este grupito de sevillistas que compartimos lo que pensamos de nuestro equipo crece por momentos. Pero podría hacerlo a pasos agigantados si reinase un poquito más la tolerancia, menos afán de protagonismo, la autocrítica y, sobre todo, la humildad.
Mi intención con esto no es joder a nadie; nunca lo es. Pero es lo que pienso. A lo mejor estoy equivocado, es posible. Aunque estoy seguro de que no sólo yo pienso así. La verdad es que si los que no pueden verme y han recomendado a los demás que no me lean me explican el motivo, por mí queda todo solucionado. Repito que no me importa perder seguidores o lectores, lo que jode es el desprecio sin saber muy bien por qué.
PD: Si dejáis un comentario opinando al respecto, por favor que sea sobre este tema en concreto y no volver a sacar si Jiménez era bueno o no; si la imagen de El Desmarque era o no desafortunada, o si Alvarado es el Mesías o el Anticristo.