Ayer fue la primera vez que vi desde el principio el programa de la televisión del Sevilla Fútbol Club “La Bombonera”. Supuestamente, se trata de un “debate” entre sevillistas que dan su punto de vista sobre la actualidad del club. Los primeros minutos del programa de ayer son los únicos en toda la temporada que, bajo mi punto de vista, pueden considerarse en verdadero debate. La presencia de Manolo Vizcaíno y el vicepresidente José Castro dio mucho juego, así como dos contertulios que recuerdo haber visto en otras ocasiones, pero no son de los más asiduos: un tal Ricardo Villena y un tal Agustín. Me gustaron las intervenciones del invitado que resta, un señor con camisa negra que en todo momento fue muy correcto. Sin embargo, y a pesar del juego que dieron, los dos caballeros que he mencionado antes se mearon fuera del tiesto en alguna que otra ocasión:
Ambos entraron en un inexplicable pique personal sobre cuál de los dos era más sevillista; uno argumentaba que no criticaba a su club y por eso quería más a su equipo, mientras que el otro afirmaba que lo hacía porque ello ayuda a mejorar. Bajo mi punto de vista, sólo comparto una de esas dos opiniones, pero ambas me parecen totalmente respetables. El tema al que quiero llegar es: ¿por qué ese afán que tienen algunas personas de sacar el “sevillómetro”? ¿No bastaba con expresar por qué piensas de una forma y además tenían que evaluarse mutuamente?
El sevillómetro es un ficticio y subjetivo medidor de sevillismo, según el cual una persona se toma la “molestia” de evaluar el grado de buen o mal aficionado de otro similar a él. Y digo similar porque ambos pagan abono, o no lo sacan porque no pueden, o simplemente prefieren ver el fútbol en su casa tumbado en el sofá; o ir al estadio, comprarse el cargamento entero de un quiosco de pipas y zampárselas todas mientras ve el encuentro sentado en la grada, sin gritar en ningún momento.
El caso es que, partiendo de que todas las opiniones hechas con respeto merecen ser respetadas y todos los aficionados de un equipo de fútbol tenemos el mismo papel, ¿por qué seguir con ese absurdo debate de quién es más sevillista? La división que existe en la afición del estadio Sánchez Pizjuán desde hace algunas temporadas comenzó a raíz de que algunos aprobaban el trabajo que Manolo Jiménez estaba haciendo en el banquillo hispalense, mientras que otros no estaban de acuerdo en ello. A mi parecer, que en un asunto tratado por 50.000 personas no todas estén de acuerdo es algo totalmente lógico y razonable.
Lamentablemente, hay quienes no aguantan que no les den la razón y se inventaron términos tan penosos para etiquetar a otros sevillistas (supuestamente unidos por ese mismo sentimiento que tanto se evoca últimamente) como: “sevillistas de finales”, “sevillistas lamentables”, “sevillistas que no aman al Sevilla”, “comepipas” (parece ser que somos los que en el estadio vamos exclusivamente a ver el partido y no cantamos ni chillamos), “pitadores”, etc.
Cuando parecía que todo el asunto referente a este absurdo y pesado debate sobre quién es más sevillista, si los que critican o los que aplauden, estaba un poco en el olvido, (lo trató ayer Santi Mora en el post que enlazo al comienzo de éste, pero de forma muy acertada) ayer en el La Bombonera el tal Villena quiso ser protagonista y admirado por todos como el “máymejóaficionadodermundomundiá” y sin venir a cuento, en una frase que no tenía sentido alguno en lo que posteriormente expuso, dijo: -“Yo creo que hay varios tipos de sevillistas, y algunos lo son más que otros”. Además, al final del programa, acusó al tal Agustín de ser “uno de esos sevillistas a los que les jode aplaudir cuando el equipo juega bien”. Encima, al tal Agustín no se le ocurre otra cosa que seguirle el juego y entrar al trapo, sacando también el sevillómetro. Me pareció lamentable la actitud de estos dos hombres en la tertulia; en especial la del señor Villena, quien se mostró prepotente con el resto de contertulios y, en cambio, sumiso a más no poder con Vizcaíno y Castro.

¿De verdad cree alguien esa paranoia según la cual hay sevillistas de a pie a los que les jode que su equipo gane para así no tener que reconocer que la directiva lo ha hecho bien? Si una persona es capaz de pensar eso, que se lo haga mirar...
En cuanto al tema de críticos y oficialistas, respeto la postura de cada uno, pero no aguanto a los extremistas: ni aquel que jamás será capaz de reconocer los errores cuando el club hace algo mal y que además tiene una extraña alergia a toda crítica, creyendo que esta es dañina; ni a los que ven mal absolutamente todo lo que hace el club y utilizan el insulto y la falta de respeto al ser incapaces de argumentar razonablemente sus quejas y protestas. Bajo mi punto de vista, ambas posturas son dañinas para el Sevilla, pues son las que han llevado a esta división que no hace más que desviar la atención de lo puramente deportivo a la grada.
De todas formas, dejando a un lado el efecto que tiene en el equipo que la grada esté dividida, creo más importante ver la situación entre aficionados, personas que acuden al fútbol por echar un rato de domingo. Me parece de tener muy poca humildad y poca clase insultar a una persona o creerla inferior a ti porque sus ideales futbolísticos sean distintos. Ese es otro asunto que debería hacerse mirar más de uno. No deja de ser un deporte y es muy grave llegar al punto que se ha llegado en más de una ocasión. No viene mal un poquito de despreocupación por temas tan insignificantes como estos, además de pequeñas dosis de humildad que ocupen el hueco de la prepotencia.
Para terminar, me gustaría que alguien me explicara el motivo de sacar el sevillómetro e intentar convencer a los demás de que se es más sevillista que el que está a tu lado. ¿Cuál es el objetivo? ¿Qué consigues con ello? Si es cierto que no se quiere instaurar el pensamiento único en la afición del Sevilla a través de los Medios Oficiales, no entendería que el señor Villena volviese a aparecer en el debate de la Bombonera, al igual que no entiendo por qué preguntan tantas veces a los participantes si alguien les ha dicho qué deben decir para intentar desmontar la teoría del pensamiento único, cuando ellos mismos se delatan dejando de llevar a personajes que han dado mucho juego y audiencia como Alexis Correa o Nacho Mateos. Por mucho que Vizcaíno intentase ocultarlo ayer, los datos de la audiencia están ahí y reflejan un claro descenso desde que el debate dejó de ser eso, un debate, para convertirse en un programa en el que todos los participantes son de una misma corriente de opinión y, fruto de ello, parece que todo está perfecto. No culpo de esto a esos mismos participantes, sino a los organizadores del programa.
Cierro este extenso post pidiendo vuestra opinión sobre el tema y deseando ver que mi opinión es bien recibida en el equipo al que sigo desde pequeño, ya que, por muy crítica que sea, intento hacerla siempre desde el respeto, fundamentándola con argumentos suficientemente razonables y con la intención de mejorar, no de joder como algunos intentan hacer ver a los demás.